Nuestro parque José Martí....ciento por ciento manatiense



Los manatienses tienen entre sus preferencias el salir a caminar en las tardes o las noches, cuando escuchan música o se celebra una actividad cultural, pero cuando enfatizan voy a allá arriba o voy a salir, siempre el punto de referencia central es el parque José Martí. 

Sobre esta construcción, les cuento que siempre mantuvo, eso sí, el nombre del Héroe Nacional,  sin embargo, en sus inicios, no era ni remotamente parecida a la que tenemos en la actualidad.
Hay que retroceder hasta el VEINTE de mayo de MIL 927 para poder presenciar la inauguración de aquel primer parque, más modesto, sin grandes árboles, pero siempre concurrido.
A propósito del plan de obras públicas del gobierno de Antonio Machado, en el antiguo Batey, nombre común por el que muchos de la época llamaban y llaman al centro de Manatí, se construyeron obras de beneficio social que ayudarían, temporalmente, a la disminución del desempleo, entre estas se encontraba nuestro parque.
 Por cierto, los mayores recordarán que en aquel entonces todos los pasillos eran de gravilla, los bancos prefabricados, de dos patas y con un travesaño como banco, estos estaban alternados con bancos de madera. En el caso del busto de José Martí, se encontraba en el centro de la construcción y se ubicaba sobre un pedestal de dos metros aproximadamente.
Muchos de los jóvenes manatienses de aquel gobierno neocolonial, rompieron o rayaron sus zapatos de marca Ingermo o Walcover al chocar con el piso rústico, mientras realizaban sus habituales paseos nocturnos, con la intención de buscar señoritas en plan conquista o simplemente mientras hacían tiempo para entrar más tarde al cine.   
Luego el parque fue reconstruido, esta vez a cargo de los obreros del ingenio Sugar Company que trabajaban durante el tiempo muerto, en una jornada diurna de ocho horas, curiosamente algunos de estos, ayudaron en la construcción voluntariamente.
A este segundo parque, después de la década del cincuenta,  se le fue agregando árboles para crear sombra y posibilitar que los manatienses pudieran visitar sus pasillos en cualquier horario sin tener que soportar el fuerte calor. 

Desde entonces el parque está en el mismo sitio en el que fue concebido, y mantiene la misma funcionalidad: recrear  la vista, leer un buen periódico o reunir a jóvenes y adultos como pasatiempo de cualquier evento recreativo y cultural.   

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