Sin ser buzos profesionales, con limitaciones tecnológicas,
pero impulsados por un ánimo ecologista y el amor a su profesión, unos 6
trabajadores de la empresa para la Flora y la Fauna en Manatí, dedican su
trabajo diario a los estudios y cuidado de los pastos marinos y el arrecife de
coral, un proyecto que en un promedio de CINCO años, ve resultados
positivos.
Llegar hasta aquí, a la reserva ecológica la Isleta-Bahía de Nuevas Grandes, resulta una hazaña de acuerdo con la gran distancia respecto al
centro del municipio pero vale la pena poder tomar de primera mano, las
experiencias, necesidades y el sentir de
estos obreros.
El monitoreo sistemático de estos ecosistemas marinos,
resulta vital para conocer el estado de salud de las praderas y el arrecife
coralino. Para estos manatienses su faena
es todo un espectáculo submarino, y por eso las horas de trabajo pasan
demasiado rápidas bajo el agua, sobre
todo ante la admiración de los corales regenerados que hoy pueblan estas zonas.
En la actualidad, la falta de tecnología se ha convertido en
la mayor limitación para el desarrollo
de estos estudios, por tal razón se han
empleado recursos estratégicos y arriesgados, con el fin de poder captar la
belleza marina para posteriormente documentarla.
Amén de las dificultades durante estos 5 años de trabajo, el
proyecto de preservación de pastos
marinos y corales continúa implementándose satisfactoriamente, sobre todo
gracias al empeño de estos obreros de la empresa para la flora y la fauna en
Manatí, quienes continúan aguardando por mejoras tecnológicas para realizar un
mejor trabajo, mientras tanto explotan el mejor de sus capitales, el esfuerzo
humano.


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