(Solar donde se erigió la casa de crianza de Barbarito Diez)
Mientras revisaba los artículos del periódico Granma en la
computadora, específicamente en la edición digital del 2 de diciembre de 2014,
leí un interesante titular: Proponen casa de Barbarito Diez como museo. Esta
idea surgió en el contexto de XI Festival de Música Popular Barbarito Diez a
raíz del encuentro teórico que auspicia la UNEAC y que se produce cada año en
el municipio Tunas en calidad de subsede de este evento cultural manatiense.
Mi atención fue mayor al observar que en parte del escrito
enfatizaba sin fe de erratas que: intelectuales, artistas, y familiares de
Barbarito Diez lanzaron la propuesta de convertir en museo la casa del
reconocido interprete cubano, ubicada en la localidad de Manatí donde vivió
gran parte de su infancia y comenzó su carrera musical.
De manera fugaz vino a mi mente la casa, ubicada en la calle
Geonel Rodríguez Cordoví, que antes del ciclón Ike todavía conservaba a duras
penas su estructura arquitectónica neocolonial. Esta vivienda pequeña que contó
alguna vez con un portal, dos cuartos y baño fue el hogar del príncipe del
danzón desde 1913 hasta 1930, y su interior se convirtió en el primer escenario
del cantor en su afán por interpretar las canciones de Miguel Matamoros.
Barbarito permaneció en esta casa 17 años de su vida hasta
que decidió radicarse en la Habana. Posteriormente la vivienda llega a las
manos de su sobrina Obdulia Diez Ochoa (Yuya) quien afronta en ella el referido
ciclón del 2008 y observa, hasta su fallecimiento, el deterioro creciente de la
otrora casa, hoy solar enyerbado con algunos escombros.
Sin embargo, esta no es la misma vivienda que se cita en el
artículo periodístico, sino la edificación que en la actualidad funge como casa
de la música y que fue nombrada en aquel entonces casa de descanso. La misma se
construye por parte de las autoridades del Municipio con el propósito de que
Barbarito hiciera estancia aquí cuando visitara su querido pueblo.
(Antigua casa de descanso de Barbarito Diez, hoy Casa de la Música)
Por eso menciono lo de fe de erratas, debido a que no solo
existe un error a la hora de identificar la verdadera casa donde se crió
Barbarito, sino que además hoy se le presta mayor valor histórico y patrimonial
a la casa de descanso del cantante que al lugar donde verdaderamente le nació a
la cultura cubana como intérprete.
Mientras se piensan proyectos culturales para revitalizar el
danzón, reanimar instituciones culturales o aportar al sector desde la gestión
cultural con énfasis económico, muchas veces no se valora o se olvida, el peor
de los casos, la necesidad de preservar el patrimonio tangible que rodeó estas
expresiones culturales. Un ejemplo concreto de esta despreocupación es la casa
donde creció la Voz de Oro del danzón, un espacio modesto sin placa
identificativa, ni reconocimientos en el orden del patrimonio local, que once
años atrás todavía conservaba la magia sonora de ese grande de la música.



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