Llega la tarde noche del
jueves y cuando hace casi dos horas que se ha cerrado la planta radial,
entonces, comienza la realización artística
de uno de sus programas, el único dedicado a la mujer y que desde estrategias
dramatúrgicas con actores no profesionales, ha logrado crear un impacto
positivo en la audiencia manatiense.
Son las 7 de la noche, y desde hace unos minutos la directora
del programa Crisol de la vida, espera a los más 8 integrantes de su colectivo
en el estudio de edición, a ella se van sumando: el sonidista, la asesora, los
actores fijos y otros que se apoderan de
diversos personajes y dan color con su voz a situaciones de la vida cotidiana
del manatiense.
La historia de un personaje autosuficiente que se da cuenta
de sus excesos en el ámbito académico y social, los conflictos familiares desde
roles complejos, la comprensión entre amigos, la mujer como sujeto social, la
tolerancia como actitud ante la vida. Desde esta amplia gama de temas, los
personajes se desdoblan, tratan de llevar las escenas hasta a su mayor grado de
verosímil, los actores se crecen y se dejan llevar por la pasión.
Es así cada jueves en la noche, y luego de las actuaciones y
la locución, entonces se hace la realización
y queda el producto que disfruta la audiencia cada sábado a las 10 y 20 de la mañana.
Crisol de la Vida, entonces cobra su mayor importancia
didáctica, enseñando a partir de la heterogeneidad social que marca nuestra
vida. Luego de horas nocturnas de pensamiento y edición se logran unos 20
minutos de programa que aglomera consejos y actitudes para enfrentar la
vida, también ofrece clases de sentido
común y ayuda a comprender desde el espacio cultural de la radio, la necesidad
de la tolerancia para el desarrollo familiar, laboral y comunitario del hombre
y la mujer.


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