Inicia un acto en la plaza cultural, y guitarra en
mano son los primeros en presentarse para cantar, interpretar un son cubano, o
simplemente para dar color desde la poesía declamada. Esos que siempre son los
primeros en su doble rol de profesores y artistas, son los instructores de
arte.
Así al menos se vislumbran los nuestros y los de toda
Cuba, como una vanguardia de hombres y mujeres del arte que rinde homenaje
perenne a Olga Alonso, a Raúl Albariño, a líder histórico de nuestra Revolución
cubana y en general a la cultura.
Se les ve delante y detrás de coreografías,
dirigiendo, enseñando a niños y adolescentes, representando estatuas, pintando
el patrimonio, formando valores desde el arte.
Y siempre es así, en actos, actividades y sobre todo cuando se celebra
su aniversario.
Este programa de la Revolución que debe a Fidel Castro
su creación, se hace presente en las escuelas, la comunidad y en las
instituciones culturales, en cada uno de
estos contextos rememoran también a José Martí, de quien su brigada asume el
nombre, para prestigiarlo.
Se escucha una
canción patriótica, la tribuna está rodeada de pueblo, todos aplauden, y en el
estrado, desde el silencio hacen una reverencia nuestros artistas-instructores,
los agentes dinámicos del arte local.


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