Por Diosmel Galano Oliver/Radio Camagüey
Marzo, 2019.- Vivimos en un mundo hecho a la medida del patriarcado por lo tanto nada que se salga de los patrones por esta corriente establecida es aceptado; por eso seguimos viendo a las mujeres como débiles, proveedoras de cuidados, sentimentales o menos inteligentes; lo negro no encaja en los patrones de belleza occidentales y las personas sexo diversas se mantienen en lo marginal.
La lógica de la dominación necesita de la exclusión y en el presente varias corrientes tratan de deslegitimizar los postulados del feminismo o la equidad social por atentar con siglos de poder, que evoluciona y se transforma según las épocas pero jamás deja escapar su posición superior en la pirámide de la sociedad.
Tal vez usted sea de los que se dice desprejuiciados, para comprobarlo le propongo me acompañe en el siguiente ejercicio. Si es hombre piense cuántas veces a la semana, luego de llegar del trabajo, asume las tareas domésticas o en cambio se sienta a ver la televisión.
Si es mujer analice qué juegos y colores en las ropas determina para sus hijos, quién estableció que el rosado fuera para las niñas y el azul para los varones.
Si es jefe de alguna empresa o institución examine en que horarios realiza las reuniones fundamentales y a cuantas madres tiene luego de las 4:00 de la tarde ocupándole un tiempo que luego debe recuperar hasta altas horas de la noche para cumplir con las actividades hogareñas.
Y sin importar el sexo biológico de quien me escucha, diga si en alguna ocasión se burló de una persona homosexual por no temer mostrarse al mundo como es, si menospreció en la calle a alguien por el color de la piel o alguna incapacidad física o mental, o cuántas veces se ríe con intentos de chistes en los que las personas del Oriente de Cuba o de Pinar del Río son burlados.
A veces de manera inconsciente muchos reproducimos patrones discriminatorios, pero eso no es justificación para buscar el conocimiento que permita dejar detrás la ignorancia.
Al nacer todos somos iguales, es la educación la que crea las diferencias y nos hace dependientes porque siglos de cultura patriarcal obliga a la heteronormatividad, a la igualdad.
No es malo ser heterogéneos, solo se necesita educar y exigir de manera diferente a las nuevas generaciones para que piensen de otra forma; sin prejuicios, sin limitaciones. Todos y todas, juntos, podemos derribar los muros de la inequidad que están en la cultura y la educación. (Foto: semanarioprimerdia.wordpress.com)
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