Abría este hogar oficialmente en
el año 1988, y su directora en la etapa Eusebia Carmen Faure Milán se convertía
en una de las educadoras, y en su amiga.
Carmen hoy tiene 79 años, su
jubilación la hizo en la casa de amparo de Manatí, luego de haberle dedicado 15
años de su vida a los niños que pasaron por este hogar. Viene a su pueblo cada vez que puede a ver a
su hija y sus amistades, pues radica en Las Tunas hace varios años. Aún se
encuentra en Manatí, desde su última vista, y en los primeros días de desandar
su municipio natal, tuvo la alegría de ver a Finito con quien compartió el
martes de la semana anterior. Nadie suponía que esta sería la despedida para
ambos.
"Lo vi como siempre y decidí caminar con el tomado del brazo, conversamos como de costumbre. Más tarde se fue con uno de sus socios. Fue un rato de recuerdo. En la tarde logré verlo en el frente de la Tienda TRD, allí estaba discutiendo sobre algo. Esa fue la última vez que lo vi, pues ya en la mañana cuando me encontraba en el Puerto de Manatí me enteré de su fallecimiento. Fue como si el día anterior nos hubiéramos despedido."
Una paseo de brazos, una grata
conversación, su mirada sonriente de niño grande, esos fueron los recuerdos que
le quedaron a la Mamá Carmen de nuestro Finito, y a todo el que lo conoció. Testimonios
como este, el de Eusebia Carmen Faure Milán, se suman a los de muchísimos manatienses
que derramaron sus lágrimas por la pérdida de ese niño abandonado que recibió la
maternidad de todo Manatí.

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