Más Tuto que Julia Amalia Griffit...




Aunque menos trillado por el pueblo, el nombre de Julia Amalia Griffit Benett, es el de una fémina que tiene innumerables historias para contar en materia de danza. 
Mientras hablaba con ella me contaba que es en el antiguo Barrio Jamaica donde le apodan Tuto, porque el sobrenombre proviene del lenguaje santoral  de la Regla de Ocha OMITUTO que significa, agua.
Y no es casualidad que esta hija de Changó sea muy transparente como el líquido universal, resaltándose en ella algunas cualidades que la hacen una persona alegre, de fuerte carácter aunque sentimental, generosa, inconteniblemente amigable, madre ejemplar, y sobre todo una mujer de trabajo en el sentido extenso de la palabra.
Me contó también que antes de su afición a enseñar el baile, su predilección la impulsa a hacerse deportista, iniciándose en el Deporte Rey, el atletismo, bajo la tutela de Wiliam Als, Papo Nachi y Quico Morris, así alcanzó reconocimientos y llegó a ingresar en la ESPA Nacional.
Pero como dice ella tenía que regresar al Eden, a su pueblo natal que la vio nacer el DIEZ de julio de MIL 966. Es entonces que se entrega de a lleno al mágico mundo de la danza.
Comienza a trabajar como Instructora de arte en la casa de la Cultura Olga Alonso,  el PRIMERO de octubre de MIL 986. Y de su guía surgen los grupos infantiles Cubanitas de hoy,  Onny y un grupo de mayores que en aquella época, estuvo integrado por Milagros Ríos, Magalis Lardué, Jorgito y Regla Gran, entre otros.
En el año MIL 987 se le encargó continuar el legado artístico iniciado por Raúl Gordillo, así hizo suyo el grupo franco-haitiano Mange Diffé, con el cual alcanzó diferentes premios en Festivales provinciales de la CTC, y fueron participes en jornadas de la cultura en Manzanillo, Guáimaro, y algunos municipios de la provincia cabecera.
Por la calidad que tenía el grupo fueron invitados al Festival Internacional del Caribe, en Santiago de Cuba y al evento internacional en la provincia de Ciego de Ávila donde se celebró la fiesta por la independencia de Jamaica.   
Por otro lado, da forma al grupo Impacto a principios de los años noventa con el objetivo de bailar danzas tradicionales tuneras, y folklor internacional.
Y Julia recuerda como si fuera ayer a sus muchachos: Orlandito, Yulenna, Niuri Muñagorri, Roli, Sergito, Cesar y Mario Pagé,  Yuri, Marquito, Carlos Rodríguez y muchos otros, quienes siempre la van a ver a la casa y la llaman Negra de cariño, siempre con una mirada de eternos alumnos y de nostalgia por el pasado.
La Tuto también contribuyó el rescate del danzón con la creación del grupo La Bella época, una brigada pionera de niños y niñas del Círculo infantil Botoncitos de Rosa y otras escuelas primarias del territorio.
Hablar de la Tuto es hablar del ingenioso Proyecto el Hormiguero que cuenta con el apoyo de la Asociación Nicolás Guillén, es pensar en cada reconocimiento manatiense dirigido por sus manos, es decir la internacionalista, la sonriente mujer de pueblo. 
Su accionar en esta sociedad ha sido interrumpido, titánico, creador. Ha forjado un prestigio a fuerza de sacrificio, de trabajo punzante.

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