El proyecto Del Caribe Soy y a Manatí Vengo, en sus tardes de literatura




Un audiovisual sobre el poeta nacional cubano, la lectura y comentario de poemarios y poemas como Songoro cosongo y  Motivos de son, en muchas ocasiones se vuelven motivación para iniciar los encuentros sobre literatura en la calle Orlando Canals. 

 
El sol vespertino generalmente indica cuál es contén de acera más funcional para que se sienten unos 30 niños de la compañía El hormiguero. A veces sin embargo los interiores del portal de la instructora de arte Julia Amalia Griffit, la tuto,  se llena de estos pequeños que no solo bailan, cantan y realizan trazos coloridos sobre el papel.  En este espacio cultural, donde cobra mayor vitalidad el proyecto del caribe Soy y a Manatí vengo, también se les habla sobre literatura caribeña, sobre lírica y narrativa cubana o de las Antillas Menores y sobre todo los niños aprenden sobre Nicolás Guillén.   

Generalmente dedican 10 o 15 minutos a esta faena que los deja pensativos y que capta su atención; al conversar con su profesor de literatura se les van llenando los ojos de curiosidad por el arte de escribir y el análisis de textos. 


Luego vuelven atractivos culturales como el baile y la música tradicionales, pero a la tarde siguiente cuando se vuelven a sentar a espaldas de la casa de su instructora, allí, nacen como un chispazo las ganas de aprender, de leer y de interpretar las palabras melódicas del camagüeyano que se volvió el poeta mayor de la nación cubana.

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